El cólico es una de las enfermedades más frecuentes en los caballos y la mayor causa de muerte no natural. Es quizá uno de los problemas más graves y desafiantes a los que se enfrentan los propietarios y cuidadores. Sin embargo frecuentemente muchos de ellos afirman no conocer las causas exactas de los cólicos o los factores relacionados con ellos, por tanto es difícil prevenirlos o reducir su incidencia en estas circunstancias.

Seville 229A continuación se explican algunos factores y se identifican prácticas de manejo que ayudan a reducir el riesgo de un caballo de padecer cólico.

Aunque un gran número de cólicos están relacionados con la alimentación, no son solo medidas de manejo y prácticas relacionadas con la alimentación las únicas que hacen posible reducir el riesgo de cólico.

  1. Desparasitación regular: favorece el funcionamiento normal del tracto digestivo y un tránsito regular del alimento. Ya que los parásitos pueden provocar entre otras alteraciones, irritación e inflamación constante de la pared del aparato digestivo, lo que interfiere con su normal funcionamiento y movimiento. Además no solo consiste en desparasitar en intervalos regulares y con el producto adecuado (su veterinario es quien debe aconsejarle y supervisarlo), sino que inmediatamente después hay que limpiar cuadras y cercas para que no se acumulen los huevos de parásitos en las heces y el caballo al olerlas o ingerirlas se reinfeste de nuevo.
  2. Arreglo de la tabla dentaria: mejora la digestión del alimento y asimilación de nutrientes. Es muy aconsejable que su veterinario realice al menos una revisión anual de la boca del caballo. De paso mejorará la embocadura durante la monta.
  3. Agua a libre disposición: el caballo debe tener agua limpia y fresca a su disposición durante todo el día. Lo ideal son los bebederos automáticos. Acercando el caballo a beber dos veces al día no es suficiente para que el alimento esté humedecido en el tracto digestivo y que se favorezca su tránsito. Cuidado con la temperatura del agua, demasiado caliente o fría, hará que disminuya la cantidad que bebe, resecando el contenido intestinal.
  4. Ejercicio: imprescindible que el caballo realice ejercicio diariamente, moverse es necesario para que su sistema digestivo trabaje bien, ya que promueve la motilidad intestinal. Si nuestro caballo se encuentra en box deberá realizar ejercicio todos los días. Lo ideal sería tenerlo en una cerca donde él se pueda mover.
  5. Alimentación:
    • Es importante dar un forraje de buena calidad como heno y/o alfalfa para aportar la fibra y los nutrientes necesarios. La paja casi no aporta alimento al caballo y su fibra es demasiado grosera dificultando la digestión. Provocando muchas veces obstrucción del aparato digestivo.
    • Ajustar la cantidad de pienso a las necesidades del caballo según el peso y el nivel de ejercicio. Una cantidad de pienso excesiva da lugar a una sobrecarga de almidón en el intestino y como consecuencia irritación del intestino y la formación de gas, que puede provocar un cólico. Los piensos caseros a menudo no tienen equilibrado el contenido en almidón que debe estar siempre por debajo del 15% de la composición total. El exceso de almidón es una de las causas más frecuentes de cólico, obesidad e infosura. Las últimas investigaciones han demostrado una relación directa entre obesidad e infosura.
    • La hora y el intervalo entre tomas de alimento debe ser regular. Repartido en varias tomas (mínimo dos) para que la cantidad total de almidón y otros azúcares también se racione a lo largo del día.
    • Cualquier cambio de pienso (concentrado) y de forraje se debe realizar de forma gradual (a lo largo de 2 semanas) mezclando una parte del antiguo alimento con el nuevo e ir aumentando progresivamente la proporción del alimento nuevo. Recientemente se ha demostrado que los cambios de forraje también estás asociados a un mayor riesgo de cólico, no solo los de pienso.
    c19Si aun cuando todos los factores y prácticas de manejo anteriores se hayan controlado, cuando de observen síntomas de cólico como:
    • Dejan comida, parecen tristes.
    • Se tumban más tiempo de lo normal.
    • Reducción de la cantidad y frecuencia de las heces.
    • Se miran los flancos.
    • Se revuelcan.
    Lo recomendado es avisar a su veterinario inmediatamente ya que muchos cólicos cogidos a tiempo no progresan hacia formas de cólico más graves y tienen un tratamiento médico que se puede realizar en el campo. En otros casos los cólicos son más complicados o progresan a formas más graves y requerirán hospitalización e incluso cirugía. Su veterinario es quien reconocerá que tipo o forma de cólico padece su caballo y le informará sobre lo que más conviene hacer.

Afortunadamente hoy día existe una gran variedad de pólizas de seguros que cubren los gastos de hospitalización y cirugía de cólico.

En resumen, tanto un buen manejo alimenticio como llevar a cabo prácticas de manejo no relacionadas con la alimentación, puede prevenir en muchas ocasiones la aparición de cólico o disminuir la gravedad, que en su caso es siempre mejor y menos costoso que el tratamiento, tanto para el caballo como para su propietario. No olvide nunca buscar el consejo de un veterinario quilificado antes de suponer ningún diagnóstico o intentar con algún tratamiento o terapia.

Por: Marta Bezunartea López, Francisco J. Casaus Navarro. Evelíne Eichler, Sandra Roldán Coronel. Equipo Veterinario de Aznalcóllar Hospital Equino

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